Saltar al contenido
Home » Noticias » Alimentar a tu suegra es una obligación del matrimonio.

Alimentar a tu suegra es una obligación del matrimonio.

Obligaciones del matrimonio

ART 68. CÓDIGO CIVIL
«Los cónyuges están obligados a vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente. Deberán, además, compartir las responsabilidades domésticas y el cuidado y atención de ascendientes y descendientes y otras personas dependientes a su cargo.»

No es infrecuente que cuando alguien comunica la noticia de su próximo matrimonio, alguien de la mesa haga la broma. A veces, además de escucharse las tiernas felicitaciones y abrazos, también escuchamos al primo de la familia diciendo: lo siento mucho… (por supuesto con tono irónico y jocoso). 

Esta broma habitualmente produce una sonrisa, pero revela una realidad. 

Por supuesto, ¿quien no va a creer en el amor eterno el día de la compra del anillo de bodas, y el día que se lo regalan?

El cine nos ha hecho creer que las historias tienen siempre un final feliz, y por el camino, nos han hecho olvidar la esencia de un matrimonio.

Y la esencia, o al menos el origen, no es una historia de amor (aunque también pude serlo). 

El matrimonio es un CONTRATO. Puede que el más importante, o quizás el segundo más importante si tenemos un préstamo hipotecario. 

Lo que sí es cierto, es que además de ser un contrato, tiene unas formalidades muy rigurosas. El Estado se ha encargado de darle un estatus superior a cualquier otro. 

Los efectos del matrimonio afectan a la esfera personal y patrimonial de las personas. 

Con consecuencias ineludibles para cada uno de los miembros del matrimonio… 

¿Sabías que cuando firmas un contrato de matrimonio te obligas al cumplimiento de unos deberes?

¿Sabes cuales son esos deberes?

Posiblemente lo sepas, o…quien sabe, quizás alguno no. 

Y por lo tanto, como en todo contrato importante, pero en este caso más, el buen asesoramiento del buen abogado resulta esencial.

Casarse y pedir consejo al florista, a la modista, al agente de viajes, al restaurador, al sastre…y olvidarse del abogado, tiene un precio. Normalmente carísimo. 

¡Venga a nuestro despacho en cualquier caso! ¡Vale la pena!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

es_ESSpanish